NÁUFRAGOS
Los náufragos llegan a orillas desconocidas, a territorios que atraen y la vez atemorizan ¿Cómo será naufragar en algún remoto lugar del espacio o del tiempo? El amor, la amistad, la aventura ¿nos harán sentir algunas veces como náufragos? Poemas para lectores jóvenes que saben de lo nuevo, que conversan con lo extraño. La realidad y la palabra tienen espacios de sombra, msterios que, a veces, la poesía revela
NELL’ARIA
El aire no tiene fronteras, parece no tener sustancia, pero lleva mensajes importantes para quien sabe escucharlos. No siempre estamos listos para escuchar. A veces preferimos cerrar las ventanas y no sentir la brisa que toca nuestro rostro, que nos trae lo nuevo, la libertad infinita. Las autoras proponen un camino hecho de sugerencias, delicados insumos, para entender qué es el aire, una metáfora de la vida y de lo nuevo, de lo desconocido y temido "allá afuera" hacia el que tarde o temprano es imprescindible adentrarse para conocer, descubrir, respirar.
Edición en italiano
NICANOR PARRA – POEMAS ILUSTRADOS
NICOLÁS GUILLÉN. SELECCIÓN POÉTICA
NIÑO ESCAFANDRA
NIÑOS DE AMÉRICA
NIÑOS DE AMÉRICA
NO CABALLO ENTRE CABALLOS
Podríamos decir que el estilo de Duarte es anacrónico pero eso implicaría que se ubica en alguna época en particular. Si en algún momento tenemos la ilusión de familiaridad, es eso: solo una ilusión, un hechizo que conjura el autor. Duarte inventa sus propias fórmulas, galopa a un ritmo que es solo suyo y nos deja perdidos en la polvareda, sin entender qué bicho fantástico pasó por ahí. Los caballos de estos poemas nacen, mueren y sueñan y en ese arco Duarte hila versos que hacen bailar la lengua y la mente: “ascienden hacia arriba ríos y ríos / donde mueren los caballos caballos convergen”. Una música tan definitiva que parece que siempre estuvo ahí, esperando que alguien la escribiera. En el prólogo del libro, Duarte habla de la influencia de Héctor Viel Temperley, lectura en donde dice haber descubierto que “los caballos, ante todo, son animales de la mente”. Habrá sido esa inspiración fortuita lo que lo llevó a imaginar, por ejemplo, a un caballo que sueña a su patrón: “Pues uno duerme para que usted no exista”. El libro está acompañado con ilustraciones de María Valeria Chinnici que amplifican la experiencia de lectura y la dotan de nuevas texturas.
NO ES AMOR, ES TAQUICARDIA
Descarnados e íntimos, los versos que componen este libro nos invitan a alcanzar la soledad en plenitud para desenmascararla. Para entender cuándo no es amor y decir basta. Para salir de ese lugar de tristeza y culpa al que a veces nos condenamos: incomodarse hasta acomodarse. Hacerse cargo del mambo y dejarlo florecer hasta que haya tomado toda la casa. Desvincularse del romanticismo para humanizarlo todo, entender la ausencia, convertir esa ausencia en una parte indisoluble de nuestra poesía y esa poesía en nuestra verdad. Esta etapa del proceso es una metamorfosis entre la taquicardia y la calma que anteceden ese «basta».
NO HAY DOS IGUALES
NO NECESITO SOMBRERO
Este es un libro hecho de poemas y pensado para jugar. En cada página explora imágenes y conceptos, algunos más concretos, otros más etéreos, como los sueños.
Las letras se sacuden y en uno que otro poema se atraviesan donde nadie esperaría encontrarlas. Las ilustraciones indagan en los sentidos velados de las palabras, su otra cara. Juntas, hacen un libro para descubrir el poder de la poesía
NO, NO Y NO
“El señor Silicoso está completamente loco si se imagina que voy a darle una hormiga”.
Así comienza esta aventura fantástica ilustrada por el mexicano Gabriel Pacheco, cultor de una poética visual propia construida a través de sutiles homenajes y referencias al autor de Rayuela. No, no y no, aparece como uno de los pocos libros ilustrados de Cortázar.
NOCTILUCAS
NOS MIRAMOS
NOVÍSIMOS
«La muerte la encontró a Juana Bignozzi con las previsiones del caso: un apunte con el modo en que quería ser enterrada, el color de las flores que sus amigos debíamos llevar, la indicación principal de una tumba sin cruz y el cementerio público donde debía hacerse. Sobre estos detalles reposa también una contraseña del lugar que ocupó su escritura: que la muerte no tenga la última palabra.Los poemas que componen ‘Novísimos’ nos aguardaron. Como señaló Mercedes Halfon, estaban originalmente anotados en papelitos, bordes de sobres de facturas de luz, anotadores, hasta que finalmente Juana los organizó y ahora ven la luz de una edición que se debía completar.Estos poemas son piezas exquisitas de un repertorio clásico: repiten obsesivamente la trayectoria de su poesía, es decir, ese movimiento que nace del pasado barrial, desechando el costumbrismo, para llevar con ella la aristocracia obrera. Juana no hizo la revolución pero tomó el palacio de invierno, asaltó sus jardines y las luces de la ciudad. Poemas escritos como grandes carrozas con las que siguió llegando al centro de Buenos Aires, ese escenario para las citas con amigos nuevos y pasados, con enemigos nuevos y pasados, en museos, bares, alcoholes, amores y pérdidas.La amistad fue su sistema porque, como escribió, la poesía es «una escuela del carácter». Juana exponía la amistad a una experiencia donde la discusión implacable y la lealtad se sometían mutuamente. Como alguna vez ella misma le preguntó a Juanele: «¿qué justifica una vida?», Juana Bignozzi justificó su vida. Una conducta proletaria hasta el final. Murió en su ley. La ley su ley. Murió un día en el viejo hospital de Clínicas, pidió que corrieran la cortina, quedar sola. El poder es el derecho al pudor. Se llevó sus guerras a la tumba. «El regreso es el verdadero destierro», escribió como conclusión inmejorable, un verso al borde de la máxima verdad que podemos soportar. Los vivos y los muertos se daban cita en el atardecer de su casa en esta ciudad que sus ojos volvieron gris, en el atardecer que era la hora en que la joven Juana (¡Juanita!) salía al mundo, esa hija de la noche, hija del tocar fondo y hacer tocar fondo, pero la vieja Juana se quedaba en su danza final, bailando entre fantasmas que entraban por su ventanal del barrio de Congreso. Sin embargo, siempre nos impuso su ánimo vital, su puñado de versos para cerrar el puño, para abrir los ojos, para no pudrirnos la fuerza, ni encallecernos justo ahí, justo ahí, donde el temblor nos pudiera convertir en estatuas de sal: «que creí/ pero existe el campo de la desigualdad/ con eso me basta».»Martín Rodríguez
NUBE CON FORMA DE NUBE
NUBES EN EL VIENTO
Ira, amor, preocupación, ansiedad, felicidad, impaciencia, nerviosismo, impotencia, tristeza, calma.
Los sentimientos – dijo un monje sabio- van y vienen como nubes en un cielo ventoso. En estos poemas tal vez encontremos las emociones de nuestro propio cielo. Poemas-refugio para cuidar lo que nos da felicidad y dejar volar lo que no.
OJOS DE MIRAR Y VER
Es un libro de poesía ilustrada que remite a los aromas, colores, sensaciones y sentimientos que despierta la llegada del verano en una niña y su manera particular de ver. Un bello texto de la escritora Didi Grau que fue ilustrado por Paula Adamo en un exquisito collage que incluye diversos papeles, hojas, tintas y dibujos.
PABLO NERUDA – POEMAS ILUSTRADOS
PAISAJE DE UN DÍA
Paisajes para leer, poemas para mirar, dibujos para cantar.
De la mañana a la noche.
Del sol a la luna.
Así se recorren las páginas este libro de poemas y canciones de Federico García Lorca, ilustrado por Isol.
Poesía y arte en su máxima expresión.
RECOMENDADO FUNDACIÓN CUATRO GATOS 2022
LOS MEJORES DEL BANCO DEL LIBRO 2021 - CATEGORÍA POESÍA
PAISAJE INTERIOR
Si Leonard Cohen no hubiera tenido el don de cantar y componer canciones, siempre se lo hubiera considerado por lo que primordialmente fue: un poeta extraordinario. Como toda voz singular, cada vez encuentra el tono adecuado. Con un lirismo que no huye del enigma, es capaz de la metáfora justa y también de versos directos que golpean. En sus manos, el lenguaje es un arma y un aliado sensual.
Los tres poemas que componen este volumen son una cabal muestra de ello. Su potencia y su imaginación son la llave para el arte de Pablo Bernasconi. Estos libros son una nueva casa construida por él, donde la ilusión, la belleza y el sentido navegan juntos. Sus ilustraciones no relatan las poesías; las profundizan y las expanden. Las protegen, brindándole un hábitat nuevo. Una morada cuidada y hermosa que acoge y celebra la del poeta.