ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Un matemático, Charles Dogson (1832-1898), gran aficionado a la fotografía y poeta, navegaba en una barquita por el río Támesis, acompañado de las tres hijas de un amigo suyo. Le pidieron que les explicara un cuento, y el poeta empezó a contar: jugaba con las palabras, con las canciones populares inglesas, con las frases hechas, con las imágenes y los sonidos, hasta llegar al máximo de comicidad y absurdo. Así nació Alicia, bautizada con el nombre de una de las niñas. Tanto divertió el cuento a las tres niñas, que no paraban de pedir que lo volviera a contar una y otra vez. Por fin acabó escribiéndolo, pero no se atrevió a firmarlo con su nombre, y utilizó el seudónimo de Lewis Carroll . Y... el libro tuvo tantísimo éxito que se tradujo a muchos idiomas y se convirtió en un clásico de la literatura infantil. Las ilustraciones de Lola Anglada son de una gran belleza y originalidad. Trasladan al personaje de Alicia al paisaje mediterráneo, y las cartas inglesas se convierten en sus dibujos en la baraja española, cosa que demuestra hasta qué punto Alicia es un personaje universal. Editorial Juventud tiene el privilegio de haber publicado la primera traducción al castellano el año 1927.
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Con una cubierta desplegable que se convierte en un póster para colorear! Un gran clásico en una edición especial: la cubierta se despliega hasta convertirse en un póster para colgar en la pared. Escrito para jóvenes lectores, pero leído y releído por los adultos también, Alicia en el País de las Maravillas es una fantástica historia sutilmente satírica, con un argumento genial y un brillante empleo de juegos lingüísticos, trucos psicológicos y situaciones extravagantes que animan a mirar la realidad desde puntos de vista diferentes, explorando el fascinante mundo de lo absurdo, todo visto a través de los ojos de una niña. Sus personajes extraños y fascinantes, entre ellos el Conejo Blanco, la Liebre de Marzo, el Sombrerero loco, el somnoliento Lirón, el Gato del Cheshire, la Reina de Corazones y un sinnúmero de criaturas insólitas, provocan que realidad y fantasía se confundan, estimulando la curiosidad y el razonamiento lógico. Una historia atemporal para descubrir y redescubrir el valor del juego, la ironía y el poder de la imaginación.
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Alicia se encontraba aburrida descansando al lado de su hermana cuando, de pronto, observa entre los arbustos a un Conejo Blanco que corría muy rápido y ¡que llevaba un chaleco y un reloj de bolsillo! Cuando la joven decide seguirlo a través de su madriguera, se encuentra con el País de las Maravillas, un lugar mágico donde nada es lo que parece, y en el cual conocerá a los más disparatados personajes: el Sombrerero Loco, la Reina de Corazones y el misterioso Gato de Cheshire. Acompaña a Alicia, mientras crece y se encoje de forma inesperada, a participar en meriendas sinfín y en juegos de croquet en los que, más que ganar, la proeza es lograr llegar al final del juego sin que la Reina de Corazones quiera mandarte a... ¡cortar la cabeza!
CUANDO ALICIA ATRAVESÓ EL ESPEJO
Cuando Alicia atravesó el espejo la realidad pareció (sólo pareció) sufrir algunos trastoques: para avanzar había que retroceder, primero el dedo sangraba y después se pinchaba con la rosa, el criminal iba a la cárcel y luego cometía el delito... En fin, como en Alicia en el País de las Maravillas, la pequeña protagonista se zambulle en un mundo con códigos complicadísimos de tan lógicos -vuelto ahora un gigantesco tablero de ajedrez-, donde se pavonea toda una galería de personajes desopilantes, un poco soberbios y un poco necios, entre los que sobresalen la Reina Blanca, Carabirulín y Carabirulán -que recitan a Alicia el extraño poema de "La Morsa y El Carpintero"-, Pepín Cascarón, el Caballero Blanco, el León y el Unicornio, etc. No obstante, algo casi elegíaco atraviesa todo el libro, desde los versos que lo prologan hasta aquellos que lo cierran. El universo de la lógica tal como nos lo propone el reverendo Dodgson tiene sus innumerables, grotescas y saludables grietas, y por ellas se filtra también su encantador y extraño humor. Y como comenta Ricardo Mariño, "este libro maravilloso, que para ser disfrutado afortunadamente no requiere del lector la misma erudición en Lógica que tenía Carroll, se hace más amable en la tersa e inteligente traducción de Graciela Montes". Por su parte, las ilustraciones de Gustavo Roldán (h) nos traen una propuesta basada en el collage y la estilización que rompe con los tradicionales dibujos de John Tenniel a los que -Walt Disney también mediante- estamos acostumbrados.
A TRAVÉS DEL ESPEJO, Y LO QUE ALICIA ENCONTRÓ ALLÍ
No tan conocida como la primera novela de Alicia, esta continuación es un desafío a la imaginación y a la lógica. ¿Cómo es el mundo en la Casa del espejo? ¿Cómo se avanza o se retrocede? ¿Cuándo es antes o después? Un clásico de la Literatura infantil en una cuidadosa traducción y con las ilustraciones originales de la primera edición.
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Les presentamos Alicia en el Pais de las Maravillas como no la han visto jamas. Andrea D'Aquino reinterpreta el clasico con sus modernas ilustraciones y sigue a Alicia en su divertido viaje a través de la madriguera del conejo blanco, hasta el Pais de las Maravillas, donde hará amigos como el Sombrerero Loco o el Gato de Cheshire. Las exuberantes y poliedricas imagenes de D'Aquino insuflan nueva vida a este relato de todos los tiempos y convierten esta edicion en imprescindible para todos los amantes del arte
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Cuento admirable que deslumbra por el modo en que los acontecimientos se deslizan por el filo del sueño, entre el juego y la pesadilla; seduce el empecinado tesón con que Alicia busca su verdadero tamaño, la honestidad con que trata de sortear las zancadillas que le hace el lenguaje, la mezcla de piedad y crítica que experimenta hacia esos seres obsesivos, tan parecidos a los adultos del mundo de la superficie. Traducido con maestría por Graciela Montes, una de las más grandes escritoras de la literatura infantil y juvenil argentina. Por su parte, las ilustraciones de Gustavo Roldán (h) nos traen una propuesta basada en el collage y la estilización que rompe con los tradicionales dibujos de John Tenniel a los que -Walt Disney también mediante- estamos acostumbrados
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Alicia en el país de las maravillas traspasa el umbral que separa la realidad del sueño y se adentra en un territorio sin leyes ni normas donde todo es posible. Triunfo de la imaginación y del ingenio, esta narración recrea un mundo de escenarios y criaturas insólitos, y pone en entredicho todos y cada uno de los postulados lógicos del mundo convencional. Este volumen presenta, junto a la traducción magistral de Luis Maristany y las láminas clásicas de John Tenniel, una nueva edición de Las aventuras subterráneas de Alicia, la obra seminal que el reverendo Dodgson -Lewis Carroll era su seudónimo- escribió e ilustró a mano para Alice Liddell en 1864. Cierra el tomo Alicia para los pequeños, la adaptación infantil que el propio autor hizo de su propia obra en 1890.
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
ALICIA PARA NIÑOS
Alicia para niños es la obra que el escritor inglés, Lewis Carroll, reelaboró en 1890, usando como base otra producción anterior, Alicia en el país de las maravillas.
Alicia se cae en una madriguera y aterriza en un mundo de seres donde las cosas más increíbles pueden suceder: un conejo corre apurado, provisto de abanico y guantes; un bebé se transforma en cerdito; unos naipes cobran vida en una corte real; un gato aparece y desaparece; Alicia se encoje y se agranda cuando bebe unas pócimas. Estas son algunas de las escenas que Carroll rescató de la versión primera para dar vida a esta Alicia para más chicos.
Sin embargo, el tratamiento es distinto. En esta versión, el lector joven cobra una presencia importante, ya que a lo largo de la obra el narrador se dirige constantemente a él: “¿Qué preferirían ustedes?, ¿ser una Alicia diminuta, no más grande que un gatito, o una Alicia de gran altura, con la cabeza que golpea siempre contra el techo?”.
Las ilustraciones tiernas y pícaras a su vez de Melina Canale, ilustradora argentina, escenifican algunos momentos que la misma voz del narrador pide: “Ella creció y creció. ¡Fue más alta que antes! ¡Más alta que cualquier niño! (…) ¡Solo miren el dibujo y verán lo alta que se puso!”.