ELECCIONES PRIMARIAS
Elecciones primarias narra la infancia; pero no la infancia dulzona y temeraria que todos elegimos para contar la prehistoria de nuestras vidas, sino tal cual suele ser: un collage de búsquedas y aprendizajes más inquietantes que idílicos. Quien cuenta es, al mismo tiempo, la mujer adulta del presente y la chica que va a la escuela primaria en la Buenos Aires de los años setenta, en medio de los temblores de la vida diaria, la agitación política, las bombas y las desapariciones, y donde también hay lugar para entusiasmos, descubrimientos y deseos. Esa narradora escribe sin pausas, para que nada nuevo se adhiera a los viejos recuerdos, pero también sin benevolencia y sin pruritos: lo más lejos posible de la pretenciosa sensatez adulta. Con inusual pericia, Silvia Hopenhayn ha escrito una novela distinta, en la que las palabras caen en la página como piedras en un estanque: rotundas, inapelables. Y sale ganadora de un doble desafío: contar los años de la primera escuela como el territorio escarpadoen el que imprevistamente se alzan un escollo o una amenaza; y hacerlo por el surco de la memoria, esa guía capaz de mostrarnos la infancia como en un espejo, para que advirtamos cuánto seguimos pareciéndonos a nosotros mismos.