Edwina es una bruja especial, más que especial, ¡superespecial! ¿Alguien conoce a una bruja que no se dedique a hacer maldades? Bueno, esa es Edwina. Solo que ahora, después de ayudar a tanta gente, se siente terriblemente cansada. Necesita reponer energía y divertirse un poco. Pero solo lo logrará si sus dos grandes amigos, Archivald (un hermoso gato negro) y Cordelia (una malhumorada lechuza), la acompañan en sus merecidas vacaciones. El problema es que ellos no tienen nada de ganas de acompañarla. Conocen a Edwina y saben que no suele portarse muy bien en vacaciones. Pero como ellos no son solo sus mejores amigos, sino su familia, aceptarán emprender el viaje juntos y… la dejarán disfrutar y hacer todos los habituales disparates que hace cuando no trabaja de bruja. Solo esperan que este viaje pase pronto para regresar a casa, donde al fin podrán descansar hasta el próximo viaje (que con suerte será dentro de quichicientos años, o más…).

Felisardo era un monstruo espantoso, horrible, aterrador…Era el “monstruo de las pesadillas” y siempre salía a asustar con una valija repleta de ellas, escondido en la oscuridad de la noche. Todos le temían. Nadie se atrevía a enfrentarlo. O casi. Un día Felisardo tenía muchas ganas de asustar. Era el momento perfecto porque la luna, redonda y brillante, iluminaba la negrura de la noche. Llevaba, como siempre, todas sus pesadillas. Y creía que aquella sería una noche como cualquier otra. Pero no. Tenía preparada su pesadilla más tenebrosa…la número 13, la que nunca fallaba. Pero no. Esta vez algo fallaría. Sería una noche diferente. Totalmente inesperada. Porque esa noche el espantoso monstruo de las pesadillas, se cruzará con ÉL. Y a partir de Él todo cambiará para Felisardo…y ya nada volverá a ser como antes…