GRANDES HISTORIETITAS: DINOSAURIOS
"¡Aloha, Criaturitas! Soy un ratón del futuro, un ratón con gusto por las ciencias y los laberintos, ¡un ratón Máximo! Y vengo a avisarles que en este Grandes Historietitas hay muchos DINOSAURIOS y otros bichos prehistóricos, y flores, y pajaritos, hay una historieta movediza que se llama ¡Viva la Evolución! y hay un montón de juegos, desafíos, y recomendaciones. Preparen sus pancitas para no marearse en la travesía, su coraje para la aventura, su curiosidad infinita y métanse nomás, que ya arrancamos."
LENIN Y VOS
En esta época desgraciada los viejos íconos revolucionarios se ven reducidos a imágenes mediáticas. Sin embargo, aún resisten. Esto es «Lenin y vos», un programa de interés general. Acompañan a Lenin el Pibe Altamira, el Ciruja Comunista y «Tendencias» la columna de moda y sociedad del profesor Lombroso.
AUTOBIOGRAFÍA DE MI MADRE
Marcada por la orfandad que significa la pérdida de su madre al nacer y el prematuro abandono de su padre, Xuela, la narradora protagonista de esta historia, construye un relato que es, al mismo tiempo, una búsqueda por darle forma y sentido a su vida así como un esfuerzo por recuperar a través de la escritura a la madre que perdió.
Signada pero no definida por sus múltiples subalternidades (mujer, negra, pobre y nativa en una isla colonizada por los británicos) en la voz de Xuela resuenan con fuerza la rebeldía y la autodeterminación frente a la adversidad. Xuela se inventa y se cuenta a sí misma, y en esa invención se rebela ante todos los mandatos y las facetas de la existencia e incluso a su propio destino, a la vez que explora minuciosamente las contradicciones del ser humano y las diversas condiciones de su alma.
Al mismo tiempo poética y descarnada, alegórica y sensual, la prosa de Kincaid en esta novela se despliega en un discurso envolvente y con un ritmo musical que atrapa al lector con una potencia abrumadora
DUSKO: DOBLE FUNCIÓN
LAS ISLAS
Los relatos que conforman Las islas, todos ambientados en la periferia de Río de Janeiro, remiten, en verdad, a un territorio imaginario antes que físico. El Brasil de Las islas es un Brasil soñado, alegórico. Los historias suceden en los morros y las favelas, pero podrían ocurrir, también, en cualquier lugar donde convivan la marginalidad y la violencia, la dignidad humana y los heroísmos cotidianos e invisibles.
Los personajes que pueblan el universo narrativo de Yushimito están llenos de vida y aunque se desenvuelven entre carencias nunca son absorbidos por la realidad de su entorno. Proxenetas, narcotraficantes, sicarios, bandoleros e incluso simples vendedores de electrodomésticos no dejan de buscar, a cada momento, darle un sentido a su vida, porque vivir significa algo más que la mera existencia.
A caballo del sueño y de la realidad, los cuentos de Yushimito logran hipnotizarnos. Con inmensa precisión estilística y sorprendente profundidad narrativa, cada relato explora un mundo distinto de la periferia: desde el prostíbulo hasta el morro, pasando por la relación entre los amantes, la muerte, los ritos de la violencia y la venganza y la promesa de redención. Y en ese tejido del que los personajes entran y salen, el lenguaje persiste como un claro protagonista. La prosa de Yushimito se impone a la anécdota y las historias de este libro son también su forma de contarlas.
LA NOCHE EN OTRA PARTE
Conocí estos cuentos de la mejor manera posible: como jurado de concurso y sin saber el nombre de su autor. En medio de una desaforada catarata de originales, La noche en otra parte se destacó de todas las maneras posibles por su calidad literaria.
Es que Martín Cascante pasa su prosa afilada sobre la superficie de las cosas y encuentra grietas inquietantes. Aquí hay azafatas humanoides, transformaciones, niños monstruosos, pestes misteriosas, presencias indeseables, muerte, sacrificios, engaños. Hay pueblos donde el espacio quieto es una de las formas del infierno. En estas páginas reina la tensa atmósfera de lo latente. Lo familiar se vuelve insólito, extraño y así nos encontramos, de pronto, en esa otra parte, un reino que oscila exquisitamente entre lo fantástico y lo realista, para desvanecer el límite entre ambas dimensiones y proponer una nueva.
Con un lenguaje preciso y sutil, Cascante nos sumerge en una atmósfera encantada, siniestra, poética –solo se escucha el sonido del sol–, y al mismo tiempo gore –se oye el crujido de los jugos y la carne–.
En cada historia se abre esta tercera dimensión en el filo de lo real, adonde los personajes llegan buscando algo tan próximo e imposible como estar en otra parte. Una pulsión paradójicamente contraria a la que experimentamos los lectores de este libro: queremos seguir acá, que no termine.
Ana María Shua
LA LEGIÓN EXTRANJERA
Desde Escenas de un verano inquietante y Las visitas hasta Las bodas, el último volumen de su trilogía de cuentos, la obra de Elizabeth Lerner despliega un universo de espacios, personajes y temáticas en los que la realidad está siempre al borde de torcerse. Elementos que no forman parte de la serie, sucesos inesperados, sus textos hilvanan con delicadeza una variedad de recursos en los que se nota una mirada minuciosa sobre el mundo.
Escritora exquisita y profundamente atenta a los detalles y los climas, Elizabeth Lerner fue y seguirá siendo, al decir de Enríquez, “una narradora serenamente poderosa”, capaz de viajar por el tiempo y por el espacio, con el equipaje justo y necesario.
EL REINO DE ESTE MUNDO
MADRE ROBOT
¿Cómo describir a madre robot? ¿Qué adjetivos emplear para dar una idea certera de lo que encierra ese nombre? Nora Rabinowicz da forma a un personaje complejo, por momentos intenso, por momentos mágico, a través de la mirada caleidoscópica de una hija.
Nuestras características suelen definirnos, y tal vez por eso “madre robot fue robot desde chica, desde mucho antes de ser madre”. Pero no siempre nos determinan. Aunque las caderas mal encastradas la hayan condicionado, no significaron para ella un obstáculo.
Madre robot es un mecanismo de relojería. Y no me refiero ahora al personaje; me refiero a la novela. Es uno de esos libros que desde la primera página nos toman por sorpresa y nos cautivan. Esos libros que no podrían haberse escrito de otra manera ni podrían narrarse desde otra perspectiva, porque en ellos, forma y contenido están íntimamente ligados, son dos caras indivisibles de una misma propuesta. Un mecanismo autónomo: eso es Madre robot. Con un lenguaje singular y un derrotero propio.
Ariel Urquiza
EL AGUA ELECTRIZADA
“Hay un punto en que la literatura es como la guerra: hay que pelear fuerte” llegó a decir Feiling algunos años antes de su muerte. Y en El agua electrizada esa pelea se da en cada coma, en cada punto, en la estructura misma de cada frase.
Destila la novela una formación clásica en Letras: citas en latín y en francés. También en inglés, la lengua de su casa. Es así como Feiling escribe una novela doble o incluso triple: por un lado, la historia de un dudoso suicidio que a su vez conecta con la misteriosa muerte de dos mujeres. Por otro lado, la de los lectores, que corremos tras la pista filológica y gramatical. Y por último: la que se corresponde con la senda de una sintaxis única.
Como ha dicho Daniel Guebel, Feiling inventa una lengua. Y la inventa para hablar del crimen de un militar; para darle voz al detective, Tony Hope, que deja la Marina por las letras; para reescribir una historia de la violencia política en la Argentina. Y en ese entramado polifónico de autor hiper culto, académico y a la vez moderno, desafía las convenciones gramaticales.
La definición de Guebel gravita sobre El agua electrizada: policial negro, pero también autobiografía y reescritura de la telaraña de las relaciones cívico militares que sostuvieron el golpe de estado de 1976 en la Argentina.
Hay en Feiling una suerte de escritor de culto, de aquellos que mueren tempranamente y dejan atrás una obra genial. como esta novela, que se ubica entre la academia y la calle; entre el detective más irreverente del policial negro y el caballero inglés; entre la ficción y la parte más sórdida historia de la argentina de los 70 y los 80.
CRÓNICA DE MEDIO SIGLO
Un coro de voces, pertenecientes todas una misma familia gualeya, es el recurso que le sirve a Emma Barrandéguy para componer en Crónica de medio siglo, el cuadro de cincuenta años de historia argentina. Desde 1892, cuando Heriberto, el personaje que mejor marca los hitos temporales, cumple doce años, hasta los primeros días de junio de 1943, Barrandéguy desarrolla una historia elocuente en su tono evocativo en la que desfilan, a la par, los cambios políticos y sociales de la época: la tentativa de una guerra con Chile, el surgimiento de la UCR, las huelgas de principios de siglo, los festejos del Centenario, la muerte de Yrigoyen, las primeras emisiones de radio y los viajes en avión, entre otros.
Desde el sur de la provincia de Entre Ríos, Barrandeguy describe el itinerario vital de una familia engarzada en el acontecer histórico del país y, como en Habitaciones, otra de sus grandes obras, transforma en literatura sus historias apenas disimuladas bajo otro nombre y otro apellido.
Crónica de medio siglo renueva la vieja relación vida y literatura, hasta el punto de no saber bien dónde empieza una y termina la otra: la ficción es autobiografía y ésta se funde, a su vez, con la biografía de la Argentina, mientras el estilo fluido y confidente de la prosa nos lleva de la mano tanto por el suave cauce del Gualeguay, como por las adoquinadas calles de Buenos Aires.
LA LEY DE MURPHY – BUENOS AIRES-ZÜRICH
LUCY
Lucy, una joven antillana de diecinueve años, llega a Estados Unidos para trabajar como au pair para Lewis y Mariah y sus cuatro hijas. Lewis y Mariah son una pareja tres veces bendecida: bellos, ricos y felices. Sin embargo, casi de inmediato, se torna evidente para Lucy que esa realidad es solo una fachada. Con una mezcla de ira y compasión, Lucy examina las suposiciones y verdades del mundo de sus empleadores y las compara con las vívidas realidades de su lugar de origen. Lucy no es ingenua sobre su pasado pero tampoco está dispuesta a dejarse engañar respecto a su presente.
Lejos de su isla natal, buscando dejar su legado atrás, Lucy vive al mismo tiempo un escape y una aventura, y en ese tránsito, que es también un pasaje entre la juventud y la adultez, reflexiona sobre el mundo y, más importante aun, sobre aquellos que la rodean.
Con una escritura directa, que por momentos puede ser engañosamente simple, Kincaid no deja de posar su mirada filosa y mordaz sobre hechos, personas, palabras y cosas y las desmenuza para llegar al fondo de las diferentes formas de sentir y pensar. Una novela profunda, intensa y reflexiva, repleta de ideas conmovedoras y estimulantes.
ARISTAS. RELATOS EN LOS CONFINES DE EUROPA
Aristas se presenta como un cautivante artefacto de indagación, a la vez narrativa y documental, de los márgenes de Europa. Crónicas que dejan ver, detrás, la rica cartografía personal de un escritor. Pero tal vez sea más fructífero considerarlo un testimonio (o mejor: un alegato) contra el cinismo y el desaliento. Textos que vienen a probar que el mundo conserva intacta –en su gente, sus fantasmas, en sus paisajes– la capacidad de inducir la maravilla. Para corroborar esta epifanía, parece decirnos el libro, sólo hace falta estar ahí. Nada más. Para contarla, sin embargo, hay que encontrar las palabras necesarias. Nada menos.
Y esto es lo que hace Mariano Rolando Andrade en cada una de estas páginas. Cuando un viaje al Finisterre bretón lo lleva a indagar en su propia genealogía, por ejemplo, o cuando peregrina hacia el Finisterre gallego y reescribe ese origen. Mientras un temporal se cierne sobre un monasterio macedonio o mientras alguien glosa el amor entre un ganso y un cuervo en un puerto de Groenlandia. Un arquero polaco que se luce en el fútbol de las Islas Feroe; un panadero que es confundido con un espía en Odessa; una diplomática que toma champán en un cementerio finlandés: todo funciona aquí bajo la premisa de acoplar experiencia y observación poética.
Este procedimiento termina, al cabo, siendo fundante: avanzamos línea a línea como si fuésemos pioneros, o adelantados, que recorren un mundo nuevo. Un mundo nacido del encuentro entre territorio y palabra; un mundo que, felizmente, se ofrece a nuestra lectura, nuestra exploración.
Sebastián Martínez Daniell
LENIN Y VOS
En esta época desgraciada los viejos íconos revolucionarios se ven reducidos a imágenes mediáticas. Sin embargo, aún resisten. Esto es «Lenin y vos», un programa de interés general. Acompañan a Lenin el Pibe Altamira, el Ciruja Comunista y «Tendencias» la columna de moda y sociedad del profesor Lombroso.
LENIN TV
En esta época desgraciada los viejos íconos revolucionarios se ven reducidos a imágenes mediáticas. Sin embargo, aún resisten. Esto es “Lenin y vos”, un programa de interés general. Acompañan a Lenin el Pibe Altamira, el Ciruja Comunista y “Tendencias” la columna de moda y sociedad del profesor Lombroso.
CRÓNICAS AFRICANAS
Es engañoso. Podría parecer que Fernando es un turista más. O un caminante perdido. Pero no es así. Fernando primero llega, luego observa y finalmente pregunta. Habla con todo aquel que se cruza en su camino. Y eso se nota. Sus crónicas están hechas con los ojos, es ante todo un gran mirón. Nada se escapa al ángulo de visión de este taxidermista. Y la tarea no era fácil. África es inmensa, poliédrica, compleja. Alguien me dijo una vez que ‘cuando llegas a África piensas que puedes escribir un libro; al mes dices, bueno, quizás un reportaje; y cuando llevas un año viviendo en ella te das cuenta de que no puedes escribir nada porque nada sabes’. Por eso Fernando es valiente, por eso describe lo que ve. Porque es la mejor manera de contarla.
Pero no es sólo eso, este libro es mucho más que un compendio de experiencias. ‘La masacre de Rwanda empezó en 1918’. Esta frase con la que arranca su crónica 32 condensa el afán de Fernando por darnos contexto. No se limita a contarnos lo que vio en el museo del horror del genocidio, además nos explica los porqué. No se queda en la superficie de una guerra, sino que bucea en las procelosas aguas de las fronteras y los países. Remonta los ríos de la historia hasta encontrar la piedra angular de su relato. Es redondo Fernando Duclos. Es una lectura serena, didáctica. Y no era fácil, insisto.