A Otilia le encanta el mundo entero, con todos y cada uno de sus elementos. Y por eso quiere ser como ellos. Un día ve un gusano, y decide que quiere ser un gusano. Otro, una manzana, ¡y en manzana se convierte! El problema es que no siempre resulta fácil no ser una simple niña.
Antonio Vicente Lucerga
EDELVIVES