-Así que regresaste, Somalico.
-Regresé porque los cactus me gustaron mucho.
-Si prometes cuidarlo bien, te regalo uno.
-¿De verdad?
-¡Oigan, miren todos! ¡Me regalaron un cactus! Lo llamaré... Cactusito. Sí, Cactusito. Y entre todos lo cuidaremos muy bien.