Un niño sale al alba de su casa. Mientras cuenta sus pasos, se interna por bosques de arrayanes, atraviesa inmensos potreros y cruza caudalosos ríos. ¿Adónde lo lleva este largo camino? Todos los días, millones de niñas y niños alrededor del mundo asisten a la escuela en sus ciudades o pueblos. Pero otros miles deben recorrer largas distancias a través de selvas, ríos, cerros y llanuras para poder estudiar. Este emocionante libro es un homenaje a su esfuerzo diario, al deseo de aprender y al derecho a la educación.

Cuando llega la noche, Pocoyó tiene que irse a dormir. Pero antes debe recoger los juguetes, lavarse los dientes, contar un cuento... ¿Falta algo? Pocoyó nos cuenta todos los pasos que hay que seguir para establecer una buena rutina de «buenas noches» antes de ir a dormir. Con esta aventura, Pocoyó nos ayuda a: * Crear una rutina del sueño, esencial para el desarrollo físico y mental de los más pequeños. * Establecer el hábito de lectura con un cuento antes de ir a la cama

Un perro, un gato, un búho, un zorrino… serás todo aquello que quieras imaginar. Despierto o dormido, delante o detrás, no importa dónde estés, ¿qué animal quieres ser?

Aduki está lejos de Tai, su querida mascota, a la que tuvo que dejar al partir del planeta Kokebi. Lo extraña, pero recién se dará cuenta cuando algo despierte su enojo.

Un nuevo título se suma a la colección ilustrada para hablar sobre las emociones. La familia se va a agrandar. Una hermanita está por llegar. La inesperada noticia pone celoso a Aduki y le trae las peores pesadillas.

De tener la misma voz, el pelo lacio, de pensar los mismos pensamientos. Quiere ser diferente. Por completo distinta de la que es. ¿Pero cómo pasar de nena a pájaro, a flor o a cualquier otra cosa? Alina deberá aprender a ser maga, y lo hará bajo la sombra del mandarino del patio: él sí es un verdadero mago. Una historia en donde lo cotidiano se vuelve extraordinario. Y no hace falta varita ni capa. Este maravilloso relato estimula la imaginación e invita a mirar el otro lado de las cosas cotidianas. Se trata de un verdadero ejercicio poético y mágico, en donde una taza puede ser una maceta o un elefante, y una vaquita de San Antonio, un ventilador como los que hay en la casa de la abuela.