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VISTO Y OÍDO

$18,000.00
«Un folleto viene a ser en teoría una guía para el que va a viajar. En la práctica, los folletos me llenan de perplejidad. ¿Adónde iré primero? Hay turismo rural, religioso, de termas (recuerdo una vez que fui a Copahue y vi salir a multitudes de la laguna del Chancho que es un enorme pozo de barro; salían trepando por las laderas del hoyo todos embarrados, cara y cuerpo; era como un espectáculo bíblico). No me voy a ir tan lejos para ver gente embarrada; en realidad el de Copahue es turismo térmico-religioso, creen en el barro. Turismo de negocios, ¿cómo será eso? Dinosaurios, no, no quiero verlos, ya los sé de memoria y no quiero que ningún guía me señale la vértebra que les falta, yo no me daría cuenta. Tampoco el avistamiento de cóndores, porque todos dicen: “Ahí va, ahí va” y yo pregunto: “¿Dónde?” Siempre me los pierdo.» Hebe Uhart «La escritora-narradora que estas crónicas van construyendo es, como ya se dijo, una gran lectora, ávida, desprejuiciada, capaz de citar párrafos de Alexander von Humboldt, Paul Groussac y Beatriz Vignoli, pero también de escritores locales en ediciones de autor, de un libro acerca de la Feria de Tristán Narvaja y de una Descripción geográfica de la ciudad de Santa Fe del año 1887. Es, también, sumamente furtiva. Rehúye lo autobiográfico y, cuando hace alguna concesión, se trata siempre de algo mínimo: la incomodidad que implica mirar, tomar notas y agua a la vez; la costumbre de caminar sin rumbo en las ciudades grandes. (…) Hebe Uhart, como Clarice Lispector, comprende bien que las cartas más interesantes de una crónica se juegan no cuando se intenta reflejar una realidad, esa entelequia, sino cuando se focaliza ese detalle capaz de revelar un mundo.» María Sonia Cristoff, La Nación, de Buenos Aires

CUENTOS COMPLETOS

$39,500.00
Hebe Uhart (Moreno, Provincia de Buenos Aires, 1936 – Buenos Aires, 2018) ha llevado una vida escribiendo y publicando, desarrollando una obra que es un modo de mirar, de ser y estar en el mundo. La suya es una escritura que se abre al asombro por los misterios del mundo, de las relaciones, de lo que crece o decae, de lo que muda.Este volumen forma parte de un conjunto de tres libros con la obra completa de Hebe Uhart. Al de novelas (ya publicado) y cuentos, le seguirán las crónicas. La presente edición incluye todos sus volúmenes de cuentos: ‘Primeros cuentos’, ‘El budín esponjoso’, ‘La luz de un nuevo día’, ‘Guiando la hiedra’, ‘Del cielo a casa’, ‘Turistas’, ‘Un día cualquiera’ y otros cuentos dispersos y breves. En su narrativa no hay solemnidad ni simpleza, sino una inteligencia penetrante, aguda, sin sarcasmo, nunca condescendiente pero sí bañada de comprensión y gentileza. Una especie de igualitarismo primordial en donde cualquier cosa, cualquier ser, es digno de atención y de volverse interesante. Su humor siempre presente es el de quien vive a fondo un momento de hallazgo para seguir buscando. Hebe Uhart cuenta lo que ve y lo que oye y una importante zona de su obra tiene que ver con su experiencia, con la biografía de una niña descendiente de italianos y de vascos, criada en un pueblo de la provincia de Buenos Aires -Moreno-, de una adolescente disconforme, de una joven maestra de escuela pueblerina y estudiante de Filosofía en la capital. Pero su modo de narrar la experiencia está muy lejos de la «literatura del yo» o de la «autoficción» tal como hoy se la practica. Esa exploración a fondo de la propia historia, de la familia y los vínculos más cercanos, es también la de la relación con los objetos y las actividades cotidianas. Su narrativa además se abre a otras zonas de la experiencia: los trabajos, la vida social, las discusiones sobre temas diversos, las relaciones amistosas o de pareja, el vínculo con el reino vegetal y animal, las rutinas domésticas y los viajes

DE AQUÍ PARA ALLÁ

$18,000.00
«¿Por qué se me ocurrió escribir sobre las comunidades indígenas en sus distintos contextos? Cuando tengo una inclinación, primero la sigo y después me pregunto por qué. En este libro cuento la visita a los wichis y a los quom, una inolvidable charla con don Haroldo Coliqueo, descendiente del gran cacique Ignacio Coliqueo. Viajé a Otavalo, Ecuador, donde los indios se han enriquecido y han desplazado a los mestizos del centro de la ciudad, pude ver allí a una señora con traje regional, sentadita en un rincón manejando una computadora de bolsillo. En mis viajes reforcé mi creencia de que este mundo está hecho de mezcla y en todas las etnias que visité encontré lo antiguo mezclado con lo actual; la tecnología está en todos lados. En definitiva quise saber más de aquellos que, teniendo en cuenta a la mayoría de los países de América Latina, forman más de la mitad de la población.» Hebe Uhart

DE LA PATAGONIA A MÉXICO

$18,000.00
«Escribo dos clases de crónicas de viajes, dos tipos de impresiones. Una más libre, subjetiva, donde aparezco más yo, que son las que más se parecerían a un cuento. Y las que están más documentadas, con información relevante, unida a mis impresiones personales. Los géneros están muy mezclados. Hay cuentos que pueden ser leídos como crónicas y crónicas que son cuentitos. Me gustan los viajes y me gusta volver. Me pone muy ansiosa el avión y prefiero la tierrita. Nací en un pueblo: me gustan los pueblos. Me resulta más difícil trabajar una ciudad grande. Los pueblos chicos son abarcables, me parecen literarios y además van con mi personalidad. Yo todavía hoy llego temprano a todas partes, todavía estoy acostumbrada a la matriz de tiempo de mi infancia. Como persona y como escritora, no soy campesina ni citadina ni conurbana: soy suburbana. En un pueblo me informo caminando, mirando los grafitis, las plazas, yendo al café, preguntándole cosas a alguien. Me gusta prestar atención a las formas orales que representan las distintas culturas, las mezclas con lo rural… El escritor está obligado a tener un oído atento al lenguaje.» Hebe Uhart Estas nuevas crónicas de Hebe Uhart recorren paisajes tan diversos como interesantes que van desde Bariloche, pasando por Azul, Los Toldos y General Villegas en la provincia de Buenos Aires. A mitad de camino se toma un descanso en la ciudad, en el barrio y cruza a las ciudades de Corrientes y Tucumán, para salir desde allí rumbo a Asunción del Paraguay con destino final México

ANIMALES

$18,000.00
«Yo no recuerdo haber insultado invocando a los animales; los han convocado a todos para insultar. ‘Perro’ está en la Ilíada: ‘Ojos de perro’, dicen. ‘El caballo’ le decían a una compañera en sexto grado; ‘Gato’ a las prostis, y ‘Vaca’, a las gordas. Me identifico con Felisberto Hernández, que dice en su cuento ‘Úrsula’: ‘Úrsula era gorda como una vaca y a mí me gustaba que fuera así’. Se necesita valentía en el Río de la Plata para decir eso. ‘Lengua de víbora’ es otro insulto; ‘Buitre’, también. El tigre, el león y la oveja tienen buena prensa. Me gustan mucho los dichos camperos de la provincia de Buenos Aires, en los que cada situación, habilidad o deficiencia es ilustrada con un animal. Para la monotonía: ‘Siempre igual, como cara de oveja’. Para la formalidad: ‘Formal, como burro en corral’. Para la desconfianza: ‘Más desconfiao que caballo tuerto’. Para el que habla de algo que desconoce: ‘Qué sabe el burro ‘e confites, si nunca fue confitero’. Para la gente que saluda a todo el mundo en los pueblos: ‘Saludador como tero’ (el tero hace un movimiento de cabeza). Mi papá contaba que los viejos vascos del campo tenían apodos de animales: ‘Cebruno’, ‘Overo’, ‘Malacara’.” Fragmento de «Mi historia con los animales», incluido en este libro.»Hebe Uhart se ha definido como una persona que mira, y cuando dice ‘mira’ quiere decir ‘escucha’. Quiere decir que los relatos de la veintena de libros publicados desde 1962 hasta la fecha siguen una línea que no se guía por el impacto de los acontecimientos, sino por el deseo de captar el detalle, almacenar en la memoria el microcosmos contemplado y, recién entonces, traer las historias de vuelta como si estuvieran ocurriendo ahora en este mundo y el lector las escuchara en tiempo real.» Palabras de los escritores César Aira y Martín Kohan -Argentina-, Alejandra Costamagna -Chile- y Jorge Volpi -México-, integrantes del jurado que otorgó a Hebe Uhart el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas 2017, máximo reconocimiento a la trayectoria literaria que otorga el Estado de Chile, y uno de los mayores galardones de la lengua castellana

NOVELAS COMPLETAS

$27,400.00
Hebe Uhart lleva una vida escribiendo y publicando, desarrollando una obra que es un modo de mirar, de ser y estar en el mundo. La suya es una escritura que se abre al asombro por los misterios del mundo, de las relaciones, de lo que crece o decae, de lo que muda. Este volumen forma parte de un conjunto de tres libros con la obra reunida de Hebe Uhart. Al de novelas le seguirán los cuentos y las crónicas. La presente edición incluye las seis novelas breves que Uhart publicó: ‘La elevación de Maruja’ (1974), ‘Algunos recuerdos’ (1983), ‘Camilo asciende’ (1987), ‘Memorias de un pigmeo’ (1992), ‘Mudanzas’ (1996) y ‘Señorita’ (1999). En su narrativa no hay solemnidad ni simpleza, sino una inteligencia penetrante, aguda, sin sarcasmo, nunca condescendiente pero sí bañada de comprensión y gentileza. Una especie de igualitarismo primordial en donde cualquier cosa, cualquier ser, es digno de atención y de volverse interesante. Su humor siempre presente es el de quien vive a fondo un momento de hallazgo para seguir buscando. Hebe Uhart cuenta lo que ve y lo que oye y una importante zona de su obra tiene que ver con su experiencia, con la biografía de una niña descendiente de italianos y de vascos, criada en un pueblo de la provincia de Buenos Aires –Moreno–, de una adolescente disconforme, de una joven maestra de escuela pueblerina y estudiante de Filosofía en la capital. Pero su modo de narrar la experiencia está muy lejos de la “literatura del yo” o de la “autoficción” tal como hoy se la practica. Esa exploración a fondo de la propia historia, de la familia y los vínculos más cercanos, es también la de la relación con los objetos y las actividades cotidianas. Su narrativa además se abre a otras zonas de la experiencia: los trabajos, la vida social, las discusiones sobre temas diversos, las relaciones amistosas o de pareja, el vínculo con el reino vegetal y animal, las rutinas domésticas y los viajes. La presentamos hoy, cuando la maestra de escuela, la profesora de Filosofía, la formadora de narradores, ha dejado de ser aquella escritora admirada por un pequeño círculo de entendidos; sus libros ya circulan en todo el ámbito del castellano y algunos de ellos han sido traducidos a otras lenguas; ha ganado muchos lectores y se ha convertido en una autora reconocida por la crítica y consagrada por el medio cultural

TURISTAS

$16,300.00
Hay libros que se escriben con sucesos. Los de Hebe Uhart se escriben con sucedidos, con cosas que a la autora le pasaron o le contaron, sin requisitos de grandiosidad. No se trata de una mera disposición autobiográfica, sino de la convicción, que en Hebe Uhart es notoria, de que no existe escritura hasta que no existe encarnadura en la experiencia. Quienes escriben desde sus experiencias tienden a multiplicar esas experiencias. Y quienes asimilan la literatura al mundo existente, tienden a ampliar las fronteras de ese mundo. Pero Uhart no. Uhart en cambio dice: «Yo no soy aventurera». La suya resulta entonces una literatura de la experiencia, pero de una experiencia de baja intensidad, siempre módica: tal vez por eso su literatura podría admitir, en este sentido, el atributo de minimalista. Es Uhart quien no lo admite: «¿Quién dictamina qué cosas son mínimas o máximas? No hay jerarquía de lo que es importante para escribir. La importancia la da el que escribe». Martín Kohan «Entre la gente que narra hay quienes se inclinan por un «modo de decir» que en su peso expresivo, en su manera de sonar o de envolver lo experimentado o percibido termina por imponer o producir un «modo de mirar». Es lo que pasa con William Faulkner, con Thomas Bernhard, con Juan José Saer. En cambio la narradora argentina Hebe Uhart se ubica entre aquellos donde un «modo de mirar» segrega un «modo de decir», un estilo. Lo mismo pasa primero en Kafka, después en nombres tan dispares como Eudora Welty, Felisberto Hernández, Mario Levrero, Juan José Millás o Clarice Lispector. La mirada de la autora ve algo, y en la búsqueda del mejor modo de ponerlo en palabras, va construyendo un articulado, discreto lenguaje propio, que no se impone a lo percibido, sino que se origina en ese mundo.» Elvio Gandolfo «Hebe Uhart es la mejor escritora argentina.» Fogwill