RATONES DE CUENTO
Desde siempre los ratones habitan los cuentos: el ratón Pérez; el ratón que liberó al poderoso león de la red; los ratones que querían ponerle el cascabel al gato; el ratón de campo y su amigo el ratón de la ciudad, y tantos otros. Pero nunca se vieron unos ratones como estos. Ninguno como el hámster Erasmus Rubinstein, capaz de escribir un diario relatando sus increíbles planes para liberarse. Ni cuatro ratones como Totó, Parménides, Tadeo y Timoteo, que deben enfrentar al sorprendente Aristóbulo, el gato de los Ruin Castillo. Por supuesto que sí existía la Ratita Presumida, pero nunca antes la habíamos oído contar con sus propias presumidas palabras la historia verdadera de su soltería. Acá, entonces, a la vuelta de la página, comienzan tres comiquísimos cuentos de ratones: estamos seguros de que los vas a disfrutar
ENSALADA DE BICHOS
Galancito el pollo molesta y molesta a su mamá gallina, hasta que la pobre gallina no puede más. Totó el lagarto logra que una malhumorada hada le consiga, al fin, un amiguito, que no para de hablar. El pollo Filósofo cree entender el mundo, hasta que el mundo se le cae en la cabeza. Y es la cabeza, precisamente, lo que se juega el gallo Pimentón, mientras su dueño lo busca para la cena. Acá están los bichos que Patricia Suárez nos presenta revueltos, y bien sazonados, en una imperdible ensalada. Hay que disfrutarla hasta que se nos caigan las lágrimas, pero de risa, como las del pequeño cocodrilo