Adela es tímida. Realmente tímida. Tímida a rabiar, tímida a morir. Tan tímida que siempre quiere huir. Es verdad que le haría bien salir, pero siempre que sale mete entera en su bolsa la cabeza. Es un buen escondite. ¡Además, portátil! Sin labial, sin espejo, sin peinetas. ¡Así de fácil!