¡VIVA LA CACA!
¡Que viva la caca! Todos los chistes que se pueden hacer con caca están en este libro. El autor se dedicó durante años a investigar las posibilidades de la caca: ¿puede la luna hacer caca? ¿puede mi inodoro negarse a abrir la tapa cuando tengo que usarlo? ¿por qué Dios creó la caca? Respuestas a estas y a muchas más preguntas se encuentran en este importantísimo libro (aunque su autor insiste en que si usted se queda sin papel higiénico, puede usar las páginas para limpiarse sin problema).
DESGRACIAS TOTALES
«Si no fuera una de las privilegiadas víctimas del humor terrible (gráfico, brillante, gracioso y valiente) de Gustavo Sala, entonces reclamaría por el derecho de formar parte de los personajes del rock que pasan por el filo de la cuchara de Gustavo. Sala es un artista y, como tal cosa, será recordado por su obra y por mucho tiempo. Lo que procede es aprender a reírse de uno mismo (de nosotros), poner en marcha las vitaminas de la autoironía y reír a carcajadas como lo hicimos, históricamente, con This Is Spinal Tap o con Peter Capusotto y sus videos. Gustavo Sala no tiene nada que envidiarles a anteriores iconos del humor rockero hardcore, no perdona nada y desconoce lo que es el pudor propio y el ajeno. Pedos, vaginas que publican discos, decrepitud, decadencia y realidad: todo está en el tintero de Gustavo que no reconoce de límites del humor. Morrisey está deprimido porque no encuentra un CD de Ignacio Copani, un Leonard Cohen arrugado sale del armario en las redes sociales, Ariel Minimal estrena papel higiénico. La versión Marvel del rock, un día en la vida de Hugo Fattoruso (que toca con todo el mundo), 1001 discos que no sabías que había producido Daniel Melero, las épocas de David Bowie en clave argentina. Incluso los intocables, como las leyendas, merecen la atención de Gustavo en este brutal libro ilustrado. Hasta la caca de los músicos merece una tira cómica. No hay transición que exima a un artista de la alta ironía del plumín de Gustavo Sala»
BIFE ANGOSTO 2
BUENOS AIRES EN PELOTAS
¿Sabía usted que la Gran Capital del Sud, la Reina del Plata, exhibe, erecto en el cruce de dos de sus principales avenidas, uno de los monumentos más fálicos del mundo? ¿Y que ostenta una distinción a "bares notables", que habilita a sus dueños a cobrarnos una fortuna por un cortadito medio quemado? ¿Y sabía acaso que sus calles se han vuelto intransitables, están llenas de basura y atestadas de gente iracunda, taxistas fachos y colectiveros desatados? Sí, por supuesto que sí, todo el mundo lo sabe. Así que seguramente tampoco desconocía que hace rato este centro mundial del tango ni siquiera está convencido de haber sido la cuna de su máxima estrella porque, en una de esas, Gardel eligió nacer en París.
Y si ya sabía todo esto, ¿me puede decir por qué sostiene este libro entre sus manos y no lo puede soltar? Claaaro, el porteño es así: le gusta pasarla mal, y después le gusta quejarse. Detesta la mugre, el ruido, lo caro que es malvivir acá, pero se queda. A Gustavo Sala también le gusta vivir acá y quejarse, por eso pone a Buenos Aires en pelotas -guiño al maestro Calé y sus viñetas de la porteñidad en camiseta-, y lo registra todo, glorias y miserias, con su trazo salvaje, sin censura, a la vez que aventura otras ciudades posibles dentro de ella, otras historias.
Así que vamos, que ya decidió gastar plata: métase de cabeza en esta guía y anímese a perderse por sus callecitas adoquinadas con olor a riachuelo.