CIELOS DE CÓRDOBA
Cada día, cuando sale de la escuela, Tino se va directo al hospital. Allí lo espera su madre, gravemente enferma. A veces pasan la tarde juntos; otras, Tino aprovecha para visitar a algunos enfermos con los que fue entablando amistad, como Alcira, fanática del programa de radio de Alfredo Dilena. Ya de regreso a su casa, hay días en que le gusta volver caminando por la orilla del río; otros, prefiere seguir por el borde de la ruta. Hasta que un mediodía escucha que alguien lo llama: “¿Vas al río?”, le pregunta Omar, un compañero de la escuela. En Cielos de Córdoba, su primera novela, Federico Falco indaga en ese tiempo transitorio que conduce de la niñez a la adolescencia, a veces imperceptiblemente, otras con toda la furia y la ansiedad del despertar del deseo, y lo hace con el estilo depurado y contundente que lo llevó a ser una de las voces más singulares de la literatura latinoamericana de los últimos tiempos.
222 PATITOS Y OTROS CUENTOS
Federico Falco, uno de los narradores más destacados de la literatura argentina actual, llega con una colección de relatos extraordinarios.
Un niño roba la ofrenda que la chica que le gusta le hizo a la Virgen para que su hermanito se curara. Un pueblo se para expectante en una plaza ante un hombrecito que quema un Ave Fénix con la promesa de hacerla revivir de las cenizas. Un matrimonio busca consuelo en otras mascotas luego de la muerte de su amada perra Beba, pero nada es igual. Una madre le cuenta a sus hijos, ya grandes, que cuando joven intentó suicidarse tragando una bola de cabecitas de fósforos.
Directos, secos e inquietantes, los cuentos de Federico Falco relatan historias en apariencia pequeñas y apacibles, en las que los personajes parecen no tener nada particular, pero que bajo la mirada de Falco se revelan inmersos en una rara mezcla de ingenuidad y oscuridad, siempre al borde de lo perverso, la locura o la resignación.
LOS LLANOS
«En la ciudad se pierde la noción de las horas del día, del paso del tiempo. En el campo es imposible», empieza diciendo el narrador de esta historia, que a continuación va desgranando su día a día en una casa con una huerta donde se ha aislado de todo y de todos, tratando, acaso, de huir de sí mismo. El tiempo ahí casi se palpa, avanza sin premuras y permite sentir todo lo que uno tiene a su alrededor: los insectos, los ruidos, el olor de la tierra húmeda, los detalles minúsculos…
Esta historia empieza en enero, y se nos cuenta en capítulos que abarcan varios meses. El protagonista mantiene fugaces encuentros con personas del entorno rural en el que se ha autoexiliado, recuerda su infancia –aquel italiano veterano de alguna guerra que se ahorcó al confundir las luces del pueblo con fogonazos de cañones; aquellas historias que contaba la abuela, acaso reales, acaso sacadas de alguna película…–, evoca su llegada a la ciudad como estudiante, el interés por la estructura de las historias que contamos, el empeño en desentrañar el secreto de su funcionamiento; y evoca su relación con Ciro y su ruptura con él, que lo ha traído hasta ahí.
Esta novela sutil, elusiva y bellísima aborda el duelo de una ruptura, la soledad que activa todos los sentidos, la sabiduría secreta de los versos iluminadores de algunos poetas, la necesidad de contarnos historias... Este es un libro sobre el tiempo que pasa y sobre el llano en el que habita un hombre que cultiva una huerta y mira y recuerda y escribe.
UN CEMENTERIO PERFECTO
Con este libro, Federico Falco vuelve a confirmar su posición como una de las voces más originales y contundentes de la literatura argentina contemporánea.
En la montaña, el bosque o en medio de la siesta, sus personajes se descubren, en más de un sentido, a la intemperie. El rey de las liebres pasa sus días oculto en las sierras, en su cueva o frente al altar que construyó con huesos de lebratos. Silvi necesita deshacerse de su fe para entender el desasosiego que la rebela. El más grande diseñador de cementerios encuentra el lugar ideal para su obra maestra, esa por la cual será recordado, una colina perfecta en un pueblo ignoto. Mabel y su padre, luego de años de vivir en el pinar, deben abandonar su casa porque pronto las motosierras arrasarán también con ellos. Mientras, la señora Kim, en medio de una tormenta de nieve y el río congelado cree entender qué le quiso decir su marido en ese sueño tan extraño.
Una colección de cuentos extraordinarios, que encuentran su máxima potencia en la calma de su ritmo y envuelven al lector tan intensamente que el efecto perdura aún mucho después de leerlos.