PENDEJA
Caro abre su diario como una puerta a su/s mundo/s íntimo/s. Dentro se arremolinan infinidad de momentos que la llevan a preguntarse y sugerirse varias respuestas. Caro tuvo (y deseó) la enorme posibilidad de buscarse.
Trazar los meridianos que la cruzan, apropiarse de sí misma y, consecuentemente, no ser patriarcal, porque eso sería condenarse a sí misma; aborrecer el adultocentrismo, porque sería olvidar que fue niña; reconocerse hija de esta humanidad, pero agradecida de no poder ser parte, porque eso la hace capaz de encontrar/ser y amar/se con otres monstruites, y gritar: ¡No queremos ser más ESTA Humanidad!
FATAL
"Yo, Carolina Unrein, yo, la pibe del lindo culito, yo, la sobreviviente de abuso sexual, yo, la del desorden alimenticio, la ansiosa, la sola, yo, la puto, la marica, la trava, yo, Carolina Unrein, me declaro harta de este mundo de terror y de espanto, de este mundo sin oportunidades, harta de este mundo de mierda que se lleva a una de nosotras cada noventa y seis horas (y andá a saber a cuántas más se lleva que no están registradas), yo, profundamente harta de todos ustedes porque no se les mueve un bendito pelo con el sonido de las sílabas chocar los nombres Marcela Chocobar o Diana Sacayán, yo. Estoy harta, creciendo harta en esta vorágine de mierda violenta que este mundo nos dejó.
¿Y saben qué más tengo para decir? Que quiero que se hagan cargo. Que exijo que se hagan cargo. Háganse cargo.
Háganse cargo de mis abusadores, háganse cargo de las muertas, háganse cargo de las niñas travestis violadas todos los días, háganse cargo. Quiero que se hagan cargo presidentes, profesores, actores, gestores culturales, arquitectos, médicos y todo el sistema policial y sus amigos de todas las trans y las travestis muertas y violadas en comisarías. Háganse cargo."