YO NUNCA FUI A LA ESCUELA
¿Cómo crece un niño que nunca pisa una escuela? ¿Qué sucede si nace en un entorno de absoluta confianza en sus capacidades y se le permite realizar solo aquellas actividades que le interesan, aunque aparentemente se pase el día «jugando»? ¿Cómo es una vida totalmente alejada de las expectativas, de las rutinas y los calendarios establecidos?
André Stern nació en ese entorno. Pasó por diversos procesos de aprendizaje. Se especializó de forma extraordinaria en cada materia que despertaba su atención, en todo lo que le interesaba. Creció y se convirtió en un adulto seguro de sí mismo, sociable, entusiasta… Un músico, compositor, lutier, autor y periodista que ama lo que hace.
André nos cuenta su experiencia y responde a las preguntas que tantas veces le formulan: «¿Es el suyo un caso excepcional? ¿Podría repetirse en cualquier familia? ¿Cuándo y cómo aprende a leer, a sumar? ¿Pasaba las horas, los días, en casa con su familia? ¿No echó de menos rodearse de otros niños, como en la escuela? ¿Y si hubiese querido ser abogado, médico o arquitecto?»
YO NUNCA FUÍ A LA ESCUELA
¿Cómo crece un niño que nunca pisa una escuela? ¿Qué sucede si nace en un entorno de absoluta confianza en sus capacidades y se le permite realizar solo aquellas actividades que le interesan, aunque aparentemente se pase el día «jugando»? ¿Cómo es una vida totalmente alejada de las expectativas, de las rutinas y los calendarios establecidos?
André Stern nació en ese entorno. Pasó por diversos procesos de aprendizaje. Se especializó de forma extraordinaria en cada materia que despertaba su atención, en todo lo que le interesaba. Creció y se convirtió en un adulto seguro de sí mismo, sociable, entusiasta… Un músico, compositor, lutier, autor y periodista que ama lo que hace.
André nos cuenta su experiencia y responde a las preguntas que tantas veces le formulan: «¿Es el suyo un caso excepcional? ¿Podría repetirse en cualquier familia? ¿Cuándo y cómo aprende a leer, a sumar? ¿Pasaba las horas, los días, en casa con su familia? ¿No echó de menos rodearse de otros niños, como en la escuela? ¿Y si hubiese querido ser abogado, médico o arquitecto?»
ENTUSIASMO
Un niño pequeño vive una tormenta de entusiasmo cada dos o tres minutos. Un adulto, en cambio, siente la misma cantidad de entusiasmo dos o tres veces al año. Este fenómeno no se limita a los adultos. Muchos jóvenes, e incluso muchos niños, se ven afectados por esa carencia de entusiasmo. ¿De dónde viene ese soterramiento de una predisposición tan universal y primordial? ¿Qué es lo que está matando el entusiasmo? En este libro André habla «de no ahogar ese entusiasmo que nos hace capaces de cualquier cosa, que nos libera de nuestros límites, que nos permite conectarnos con la genialidad que habita en nuestro interior». Queremos niños que en el futuro sean adultos entusiastas y felices. Y lo queremos tanto que olvidamos mostrarles hoy, con nuestro ejemplo cotidiano, lo que es ser un adulto entusiasta. Y, como nos cuenta André, los niños se convierten en lo que nosotros vemos en ellos y, además, en lo que ven en nosotros.
JUGAR
¿Qué es lo primero que hace un niño cuando le dejamos tranquilo? ¡Jugar! Todos lo sabemos sin tener casi ni que pensarlo.
Y es que el juego es algo que es mejor tomarse en serio. ¡El juego! Un dispositivo de aprendizaje innato que la ciencia moderna describe como inigualable. Sin rival a la hora de alcanzar todas las competencias útiles para el desarrollo humano: la creatividad, la cooperación, la autonomía, la estrategia, la eficacia, la empatía, la observación… Entonces, ¿por qué interrumpimos siempre al niño cuando juega?
André nos invita a confiar en todos estos procesos. A un viaje que parte del niño y de sus disposiciones espontáneas. Donde no hay distinción entre jugar, sentir, aprender y vivir.