LA OLA QUE LEE
Resultado de una exhaustiva investigación y un vasto rastreo en hemerotecas y colecciones privadas, La ola que lee compila reseñas, notas y columnas -dispersas, variadas y hasta ahora inhallables- que César Aira publicó en revistas y diarios de la Argentina, España y Latinoamérica durante tres décadas a partir de 1981, año de su debut como autor con Ema, la cautiva.
Ajena a cualquier automatismo docto, La ola que lee está animada por una erudición amistosa y una alegría vehemente que arrasa con los lugares comunes de la crítica.
Disfrazada de ensayo, Aira trafica una literatura feliz que milita por las vanguardias, defiende el trabajo diario del escritor, comparte sus obsesiones y destaca con admiración el genio de ciertos autores: de Saer a Lamborghini, de Arlt a Puig, de Unica Zürn a Witold Gombrowicz.
EL JARDINERO, EL ESCULTOR Y EL FUGITIVO
Un escritor maduro, preocupado por la depresión que sufre su jardinero, se adentra en los recovecos de un jardín edénico que esconde los secretos más inquietantes. Un consagrado escultor de la antigua Grecia emprende un accidentado viaje hacia un oráculo en busca de consejo para tratar a su asistente, acechado también por el monstruo de la melancolía y la desazón. Por último, un hombre corriente que sufre los achaques de la edad anhela gozar de la libertad de ser perseguido y escapar. Para ello necesita cometer un crimen y convertirse en un auténtico fugitivo. El jardinero, el escultor y el fugitivo puede leerse como tres novelas breves o como una novela en tres partes con un intrincado juego de variaciones. Alrededor de ella orbitan el discurrir del tiempo, la pérdida de la juventud, la melancolía, la vanidad del artista y una reflexión sobre la naturaleza de la literatura, la creación y la escritura misma. Este libro tan insólito e impredecible como magnético se suma al rico entramado que constituye la obra de César Aira.
EL MÁRMOL
A falta de cambio, el cajero de un supermercado chino le ofrece al protagonista de esta novela que elija entre un montón de naderías. Resignado, el hombre manotea al azar unas pilas chinas, un ojo de goma con luz, una tabla de proteínas, una hebilla dorada, una cucharita lupa, un anillo de plástico y una cámara fotográfica del tamaño de un dado. Ignora que al salir lo espera una aventura, y que a esos objetos que cree inútiles podrá darles una función insólita en cada capítulo de sus andanzas.
Las novelas de César Aira convocan a un lector dispuesto a jugar con él el juego de la improvisación. Con la irreverencia de un niño y la inocencia de un artista genial, Aira consigue lo imposible: crear la sensación de que lo que cuenta va naciendo, frase a frase, en el puro presente del lector.
Heredero de las vanguardias del siglo XX, César Aira encontró en sus procedimientos un atajo hacia la fuente primordial de la narración y, con más de sesenta novelas publicadas, ha creado una obra entregada al riesgo y tocada por la gracia de una rara libertad.
CANTO CASTRATO
Canto castrato nos conduce, en medio de un encendido clima de romanticismo, tras los pasos de un divo de la ópera dieciochesca, el Micchino.
En 1738 las naciones de Europa se alzan en su escalada de absolutismo y frivolidad. La muerte de Luis XIV ha abierto un vacío que poco a poco llenarán las criaturas ambiguas del rococó. Ha llegado el momento de máximo esplendor de emperatrices y reyes galantes: Catalina, María Teresa, Federico el Grande, Luis en Bienamado... Y sobre los más altos poderes se cierne un canto sublime e inquietante: el de los castrati.
Desde Nápoles hasta San Petersburgo pasando por Viena, Canto castrato es un viaje artístico en el que asistimos al triunfo de la ópera italiana en las cortes nórdicas. Pero también es un recorrido por el clima político de la época, pues alrededor de la música se teje una maraña de intereses... Y, sobre todo, es una travesía amorosa: el Micchino repite los pasos de Orfeo para rescatar a la pequeña Amanda del infierno de un matrimonio desdichado. Que lo logre al fin no es el menor de los milagros de esta novela seductora y apasionada